domingo, 30 de mayo de 2010

PUERTOS DE RIBAGORZA 2010





Alfonso HERRÁN
GRAUS.- Y en la prueba en concreto, también un éxito de principio a fin, sin incidentes que reseñar, tan solo las típicas caídas, fruto de la aglomeración de la salida y en alguno de los descensos de la ruta, pero que desde luego no fueron a mayores, y una inmensa mayoría de los participantes que lograron cumplir el objetivo, cruzar la meta.
Graus amaneció ya teñida de los colores de los innumerables maillots que ya circulaban por las calles de la capital ribagorzana con los típicos nervios previos. Y a las 8.30 horas, con un pequeño retraso en todo caso, los poco más de 2.000 cicloturistas participantes se agolpaban en la línea de meta, junto a la Avenida Pirineos.
Allí se dieron cita diversas autoridades, como el director general de Deportes del Gobierno de Aragón, Álvaro Burrell, la alcaldesa de Graus, María Victoria Celaya, el presidente de la Comarca de la Ribagorza, José Franch, y el concejal grausino y diputado provincial Javier Betorz, entre otros.
Y una vez dada la salida, con la sintonía de los pitidos del chip que llevaba cada corredor al pasar por la línea de salida, los 1.867 participantes, de los 2.054 inscritos, según cifras oficiales, dieron sus primeras pedaladas. De ellos, curiosamente, 45 eran mujeres, en una cifra que año a año va a más. Y siguiendo con las cifras, también llama la atención el porcentaje de los que acabaron, ya que 1.746 cicloturistas cruzaron la meta.
Una de las principales novedades en esta décima edición era el recorrido corto, que en todo caso, de corto no tenía nada, con 133 kilómetros de recorrido y dos puertos, Laguarres y Serrate, por el camino. Más de cuatrocientos de los cicloturistas se decidieron por esta opción.
Y tras la salida, uno de los momentos siempre críticos, por la aglomeración y los nervios, resuelta por fortuna sin problemas, los corredores más fuertes comenzaron a apretar y ya en el primer paso por Graus, con 49 kilómetros en las piernas, las diferencias eran ya enormes. De todas maneras, esto siempre es lo de menos, puesto que pronto se formaron los diferentes grupos en los que cada uno iba al ritmo que más le convenía, apostando más por el compañerismo que por la competición.
Además, los avituallamientos sólidos y líquidos, repartidos a lo largo del recorrido y bien surtidos sobre todo de bebidas, fueron lugar de parada obligatoria para muchos de los corredores, más cuanto más retrasados fueran en la marcha.
VIGILANCIA EN CABEZA
En todo caso, por delante las hostilidades fueron continuas, con los Azparren, Vázquez o Pérez vigilándose y un grupo cada vez más pequeño en cabeza. Y prácticamente mediada la prueba, en el alto de Serrate Vilas del Turbón, el montisonense Sergio Pérez y el corredor del Azysa Ángel Vázquez decidieron no esperar más y dar un hachazo que les dejó solos en cabeza.
El entendimiento fue bueno entre los dos, y empezaron a poner tierra de por medio, una ventaja que poco a poco se iba ampliando.
Y así pudieron llegar en solitario de nuevo a Graus, donde Pérez entró primero en la curva que daba acceso a la línea de meta, y le fue suficiente para imponerse. La pena, entre comillas, que tanto primero como segundo llegaron a meta mezclados con un grupo de corredores que estaban terminando la marcha corta.
Al final, un tiempo casi estratosférico, de cinco horas, nueve minutos y catorce segundos, para rebajar en dos minutos el récord de la prueba, a una media de 38,8 kilómetros por hora. Otro de los habituales en estas pruebas, el vasco Mikel Azparren, fue tercero a casi nueve minutos del dúo ganador. Y eso que, como comentaron muchos de los participantes, en el tramo final de la marcha, desde Campo hasta Graus, el viento sopló en contra con fuerza y endureció mucho las cosas.
Después llegó la primera mujer, la zaragozana Fátima Pelegrín, que hizo una marcha excepcional y llegó muy cerca de los mejores.
DOMINIO ALTOARAGONÉS EN EL RECORRIDO CORTO
Antes que Pérez y Vázquez llegaron a meta, alrededor del mediodía, los primeros de la marcha corta, y aquí no hubo color, los altoaragoneses impusieron su ley de cabo a rabo.
El primero fue el barbastrense Daniel Arnal, que corrió con los colores del equipo Coanfi Altoaragón, y clavó el tiempo en tres horas y media, a 37 kilómetros por hora. Tras él, un grupo de tres corredores, en el que primero fue el barbastrense Óscar Pardenilla, que también vestía para esta marcha el maillot del Coanfi, tercero fue el montisonense del Ciria Boscos Alejandro Torres, y cuarto Luis Mellado, oscense del Vacuno de Aragón CC Iberia.
Y tras estos corredores más fuertes, de una prueba y otra, todo el rosario de cicloturistas, llegados de media España, la mayoría con una sonrisa de satisfacción en la boca tras cruzar la meta, y muchos corredores que llegaron de la mano junto a otros en un claro gesto de compañerismo. Y es que el hecho de terminar era para muchos la gran victoria del día.